Bienvenidos a una Iglesia Cristiana Reformada

¿QUIÉNES SOMOS LOS CRISTIANOS REFORMADOS? 

 

Durante el siglo XVI, varios religiosos, pensadores y políticos intentaron provocar un cambio profundo y generalizado en los usos y costumbres de la Iglesia Católica Romana en la Europa Occidental desde adentro, especialmente con respecto a las pretensiones papales de dominio absoluto sobre toda la cristiandad, tanto en el ámbito político, religioso, cultural, económico, etc. Ellos entendieron que esta arrogancia del Pontífice Romano, con esos poderes absolutos (otorgado por los antiguos césares), y esa usurpación de Cristo como Cabeza y Rey Universal sobre la Iglesia y el mundo, no venían de Dios, sino del Anticristo, que aparece como tal en las profecías de Cristo y sus apóstoles. Todos los que intentaron reformar la Iglesia y sobrevivieron a las guerras e inquisiciones del Papa de Roma fueron excomulgados. A partir de entonces surge este movimiento religioso que se conocería como la Reforma Protestante, por ser un intento de reformar la Iglesia Cristiana buscando la revitalización del cristianismo primitivo previo a la formación de la Iglesia de Roma. Esta Reforma fue apoyada políticamente por un importante grupo de príncipes y monarcas que "protestaron" contra una decisión de su emperador Carlos V para obligarles a estar bajo el yugo del Papa de Roma. De ahí la procedencia de su nombre.

 

El Protestantismo ha llegado a constituir la tercera gran rama del cristianismo, aparte del Catolicismo Romano y la Iglesia Ortodoxa, con un grupo de fieles que actualmente supera los 800 millones de personas y que se expande rápidamente en América Latina, Asia y África.

 

En el siglo XVI se produjo una gran crisis en la Iglesia Católica Romana en Europa Occidental debido a los numerosos problemas de corrupción eclesiástica y falta de piedad religiosa. La gota que derramó el vaso fue la venta de indulgencias, el perdón de las almas de los difuntos a cambio de dinero para financiar la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma, lo que provocó finalmente que la cristiandad occidental se dividiese en dos, una liderada por la Iglesia Católica Romana, que tras el Concilio de Trento se reivindicó a sí misma como la única heredera válida de la cristiandad occidental expulsando cualquier disidencia y sujetándose por completo al dominio del Papa, y otra mitad que fundó varias comunidades eclesiales propias, generalmente de carácter nacional para, en su mayoría, rechazar la herencia cristiana medieval romana y buscar la restauración de un cristianismo primitivo apostólico según aparece en el Nuevo Testamento. Esto dio lugar a que Europa quedara dividida entre una serie de países que reconocían al Papa, como supremo y único jefe de la Iglesia Católica, y los países que rechazaban las pretensiones de Roma y que recibieron el nombre de protestantes.

 

Pronto, la reforma que había comenzado en Alemania bajo la protesta del monje agustino y Doctor Martín Lutero al clavar sus 95 Tesis en contra de los abusos del Papa, se fue extendiendo por toda Europa, especialmente en Alemania, Países escandinavos, los Países Bajos, Reino Unido, Francia y Suiza. Fue en este país, en la ciudad de Ginebra, donde Juan Calvino, considerado como el más excelente Doctor de la iglesia junto a San Agustín de Hipona, impulsó y elaboró las doctrinas básicas de la fe reformada plasmadas en su obra "Institución de la Religión Cristiana". Podemos decir que Martín Lutero comenzó la Reforma y que Juan Calvino, junto a otros colaboradores, la culminó.

 

La teología del Doctor Juan Calvino fue la más extendida y aceptada por los reformadores siendo acogida fuertemente en los Países Bajos, Francia, Inglaterra, Escocia, Alemania y, lógicamente, Suiza, ademas de otros países del Este.

 

Desde entonces, la sencillez con la que los reformadores quisieron exponer las bases de la fe cristiana universal original, dejando de la lado la opulencia del Papado y la Santa Sede, las Iglesias Reformadas hemos crecido en número después de que la iglesia Católica Romana los excomulgara al de rechazar la reforma que estos hombres sabiamente propusieron. La excomunión, el ultraje, la persecución y un incalculable número de asesinatos bajo el nombre de La Santa Inquisición fue el destino de los Protestantes en manos de la Iglesia Católica bajo el mandato de sus Papas y sus ejércitos.

 

A raíz de la Reforma Protestante los Cristianos Reformados solo pretendemos volver a los principios de Las Escrituras y, como pueblo evangélico, mantener las ideas que los reformadores expusieron. Dichas ideas se expresan básicamente en lo que se conocen como Las Cinco Solas.

 

 

LAS CINCO SOLAS DE LOS PROTESTANTES REFORMADOS

 

Los Protestantes originales no recibían sus dictados de la cultura de la época. Se pusieron bajo la autoridad de las Escrituras y se ajustaron a sus mandatos. Se apoyaron en las promesas de Dios y se dedicaron a conocer, obedecer y predicar la verdad. Así lograron que la iglesia influyese positivamente sobre la sociedad en lugar de dejar que la sociedad influyeran negativamente sobre la iglesia.

Estas cosas esenciales fueron expresadas en cinco lemas; las cinco Solas de la Reforma Protestante. Sola Scriptura. Solus Christus. Sola Gratia. Sola Fide. Soli Deo Gloria.

1. Sola Scriptura – Solo la Escritura.

Este lema define la función de las Escrituras como única autoridad sobre la iglesia. Los protestantes del siglo dieciséis y diecisiete rechazaron la autoridad del papado y la iglesia Romana. Cualquier autoridad, organización, experiencia, liderazgo o practica dentro de la iglesia debía estar sujeta al lema de la Sola Escritura. El predicar fielmente y el escuchar atentamente la Palabra de Dios es un acto central en la adoración Cristiana. La aplicación de las enseñanzas bíblicas a la vida práctica y cotidiana de los Cristianos y de la iglesia es nuestra tarea continua. El entendimiento y la aplicación practica de las verdades bíblicas es indispensable para la salud, el cuidado y la disciplina de la iglesia.

2. Solus Christus – Solo Cristo.

Este lema define el origen y el objeto central de la fe Cristiana. Los protestantes se opusieron a exaltar cualquier cosa que no fuera la suficiencia de Cristo. Ningún ritual, institución o individuo puede ni debe ser motivo de confianza sino Cristo. Ningún proyecto, visión o necesidad debe competir por el lugar primario de Cristo en la iglesia. Ninguna filosofía, ideal o argumento debe ser predicado en la iglesia que no exalte a Cristo y su muerte en la cruz por el pecado de los hombres. Tenemos fe en Cristo, no fe en la fe, o en las oraciones, o en la iglesia. Solo Cristo es digno de confianza pues él es el único salvador.

3. Sola Gratia – Solo por Gracia.

Este lema define el fundamento sobre el cual Dios acepta a los hombres. La gracia es lo contrario a pago o compensación. Cualquier cosa que una persona merezca o se haya ganado por su mérito o esfuerzo es compensación u obra. Pero la gracia no tiene que ver nada con méritos personales. La gracia solo la puede disfrutar gente indigna. Esto es la esencia del Evangelio: Porque por Gracia sois salvos…no por obras para que nadie se gloríe. Por la exaltación de esa gracia, que es lo único que ha movido a Dios a salvar a los pecadores, los protestantes abandonaron la confianza en sí mismos y en las promesas de la doctrina Romana. No hay obra humana que pueda ser base de salvación. No hay método, técnica o estrategia que pueda transformar al hombre. La fe que salva no puede ser producida en el corazón humano ni nace del propio libre albedrío. Dios la da solo por gracia.

4. Sola Fide – Solo por Fe.

Este lema define cual es el medio único por el cual se puede alcanzar la salvación. Esto se produce cuando Dios por su gracia da fe al pecador para creer en Cristo y ser salvo. Esa fe es el medio. Dios no salva a alguien automáticamente si no cree. Nadie nace salvo, nadie hereda la salvación, ni nadie puede salvarse a sí mismo o salvar a otros. Solo la fe salva. Y esa fe es en Cristo. Y esa fe nos es dada por gracia. Este fue el aspecto crucial de la Reforma Protestante. Martín Lutero fue liberado de sus tormentos de conciencia en el convento donde se auto-laceraba buscando justificación cuando leyó: El Justo por la Fe vivirá (Rom. 1:17)

5. Soli Deo Gloria – Solo a Dios la Gloria.

Este lema define la esencia de la adoración a Dios. Una de los grandes logros protestantes fue rescatar la adoración espiritual de la contaminación ritual, idolátrica y supersticiosa en que se encontraba la Iglesia de Roma. Los protestantes fueron llamados así, no solo por negarse a reconocer el Primado de Roma, sino por su protesta contra la conservación de rituales Romanistas en la iglesia cristiana, y porque reclamaban una adoración más pura para Dios. En esencia la adoración debe tener a Dios como el centro. Toda adición no mencionada por la Escritura fue desechada por los verdaderos Protestantes. El entretenimiento, así como el gusto y la complacencia personal no tienen lugar en la adoración a Dios. Tiene especial relevancia la destrucción de imágenes para el culto, que puso fin a la idolatría, y la eliminación de la Misa con la correspondiente adoración a las especies donde Cristo era constantemente sacrificado, por la Cena del Señor o Santa Comunión, según aparece en la Institución de Cristo en los Evangelios y los escritos apostólicos.

 

 

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